Jung YongHwa [Vampiro]

Apodos: YongYong.

Edad: 25 / 100 años

Orientación Sexual: Bisexual

Nacionalidad: Coreana

Raza: Vampiro

Personalidad: YongHwa es una persona seria en cuanto se le conoce pero conforme pasa el tiempo  y entra en confianza es alguien bastante alegre y bromista, una persona con quien se puede conversar casi sobre cualquier tema.

Es un aficionado a la lectura por lo cual siempre carga un libro o dos a la mano, le gusta estar enterado de los nuevos avances o descubrimientos tecnológicos para mantener su mente activa.

Es bastante ególatra pero a la vez se preocupa por los demás ya que el sufrimiento y el dolor no es algo ajeno a su personalidad, sin embargo, puede llegar a ser frío y cruel cuando está realmente enfadado, lo cual es muy raro en él pues al haber nacido en una familia numerosa su paciencia se desarrolló con creces.

Aunque no le gusta demostrarlo, es bastante sensible por lo cual si algo le lastima se retrae de los demás, tornándose en alguien cortante. Le gusta cantar, tocar la guitarra y componer, su verdadera pasión es la música, por medio de ella libera sus pensamientos y sentimientos, es solo cuestión de escucharle atentamente o fijarse en su actuar para entenderle, cuando está perdido entre los acordes de la guitarra es un libro abierto.


Apariencia: Yonghwa no es demasiado alto, mide 1.79 y tiene complejos por su altura, pues en realidad le gustaría medir un poco más, pesa 63 Kg, se ejercita con regularidad por lo que mantiene los músculos bien marcados sin llegar a exagerar, su mayor orgullo son los brazos y espalda.

Sus ojos son color café oscuro levemente rasgados, su tez es levemente trigueña y su cabello es del mismo tono que sus ojos, aunque en ocasiones lo tintura.

Tiene los labios gruesos, los dientes un poco chuecos, lo que hace que tenga una sonrisa encantadora.

Suele tener el cabello corto pues le es más cómodo llevarlo así; tiene perforadas las orejas y por lo general mantiene el mismo estilo de joyas, redondas y plateadas con algún motivo en el centro.

Su estilo de vestir es muy variado, le gusta verse bien pues es bastante narcisista, así que siempre que esta por fuera de casa procura vestir a la moda, aun cuando viste ropa deportiva es muy quisquilloso con su apariencia, buscando que hasta el más mínimo detalle de su atuendo sea perfecto.

Nací en una familia de clase media, no teníamos demasiados lujos pero tenía más de lo necesario, vivía con mis padres, cuatro hermanos, dos tíos y tres primos en una gran casa a las afueras de Busan, herencia de mi abuelo paterno.

El gusto por la música lo adquirí a muy temprana edad; cuando era niño y tenía problemas, solía ir a una de las habitaciones a expresar mis emociones con acordes al azar, conforme el tiempo pasaba adquiría más conocimientos gracias a los libros de música que encontraba en la biblioteca del colegio, así que sin darme cuenta al crecer ya tenía dos grandes amores, la música y la lectura, con ellos lograba librarme de las preocupaciones que podían agobiarme en mi día a día.

Como crecí rodeado de tanta gente aprendí a llevarme con todos a pesar de las diferencias, termine siendo el mediador de los problemas entre mis primos, sin embargo,  descubrí que pasado un tiempo cuando no podía liberar mi estrés y los problemas se tornaban complicados mi paciencia se quebrantaba y solía decir palabras hirientes tan solo porque tenía el poder de lastimar, a decir verdad es una faceta que no me gusta de mí.

Cuando cumplí 18 años un incendio azoto nuestro hogar, en aquel incidente perdí casi por completo a mi familia, los únicos sobrevivientes de aquel acontecimiento fueron mi madre, el menor de mis primos y yo, desde entonces observo las llamas con cierta nostalgia, reviviendo los horrores de la tragedia.

Sin hogar y sin nadie a quien recurrir emprendimos los tres un largo viaje por Corea, en busca de oportunidades de trabajo que nos permitieran sobrellevar la nueva situación que vivíamos, tanto emocional como económicamente. Finalmente nos instalamos en la capital, Seúl, yo trabajaba como repartidor a medio tiempo, mientras mi madre se dedicaba a las tareas del hogar en una pequeña casa en la que nos rentaban un cuarto.

Al cumplir la mayoría de edad mi madre me regalo una guitarra acústica, la cual aún conservo con mucho cariño, está me sirvió para salir a las calles y cantar siendo un ingreso extra para mi pequeña familia.

Unos años después mi madre cayó enferma en  invierno, tenía neumonía, en realidad no pude hacer mucho por ella, más que tratar de complacer sus deseos en su lecho de muerte. Un mes después mi primo fue enviado a un hogar adoptivo puesto que yo no podía proveerle el sustento necesario y fue así como a mis 25 años, perdí todo contacto con lo que quedaba de mi familia.

Destrozado y sin saber qué hacer, tomé mi guitarra y salí con el poco dinero que aún tenía en busca de un lugar tranquilo en el que pudiese olvidar las penas que me agobiaban, salí de allí sin saber que mi vida no volvería a ser igual.

Aquella noche era peculiarmente fría, el cielo estaba despejado y las estrellas se veían a la perfección, tras pasar en frente de bares y cafeterías sin que ninguna me llamara en especial la atención, me encaminé hacia un pequeño parque no muy lejos de casa, el lugar estaba prácticamente vacío, tan solo una o dos personas se podían distinguir a lo lejos, era el lugar ideal para despejar mi mente.

Decidí sentarme bajo uno de los árboles del recinto, saque la guitarra de su estuche y empecé a tocar una suave melodía que reflejara el dolor que llenaba mi alma, cerré los ojos y me deje llevar por el sentimiento, perdiéndome en mis recuerdos, alejándome de la realidad. De repente sentí como el ambiente se tornaba más gélido, no estaba solo, abrí los ojos lentamente pausando el movimiento de mis manos mientras buscaba con la mirada a mi acompañante, no había nadie, extrañado deje la guitarra recargada sobre el tronco y me levanté, estaba seguro de que había alguien allí.

Di un par de pasos y levante la mirada, como pidiendo una explicación a las estrellas que me alumbraban, sin embargo, no la encontré o bueno no de la forma que esperaba, un par de brazos me rodeaban, los delgados brazos de aquel ser rodeaban mi cuerpo sin problema alguno, me hallaba indefenso, paralizado, estaba a su merced. Escuché su melódica risa y su respiración chocar contra mi piel, busqué hacer preguntas ¿Quién eres? ¿Qué está pasando? Pero de mi boca no salía nada, por primera vez en mi vida no sabía qué hacer, no podía hacer nada, tenía miedo.

Sentí como aquel ser posaba su rostro sobre mu cuello con una sonrisa adornado sus labios, podía sentirle, traté en vano de escapar, utilice todas mis fuerzas para soltar aquel agarre del que era preso, pero era prácticamente inútil, su piel fría parecía estar hecha de mármol, mis movimientos no le afectaban y cada vez sentía el peligro inminente.

Su sonrisa se ampliaba al sentir mi desesperación, me abrazó con más fuerza y fue entonces cuando sentí un agudo y punzante dolor en mi cuello, grité y clame por ayuda mientras poco a poco mis fuerzas se desvanecían. Mantuve la mirada en el cielo, tenía la visión borrosa, la respiración pesada y el frío se apoderaba de mi cuerpo, mi corazón que en un principio latía desbocado, se encontraba taciturno, me estaba muriendo, lo sabía.

Respiré profundamente pensando que quizá ese sería mi último aliento, aquel ser se posó frente a mí y susurró algo que en realidad no comprendí, ¿ por qué no me mataba?, de repente posó lo que parecía ser su muñeca sobre mi boca, de ella emanaba un líquido cálido que llenaba mi cavidad bajando por mi garganta. Empecé a beber con ímpetu, succionando su muñeca mientras mi cuerpo recuperaba el vigor perdido, en aquel momento llegue a pensar que no había probado algo tan delicioso, aquel ser retiro su muñeca, me relamí los labios y reuní la fuerza necesaria para mantenerme de pie por mis propios medios, los oídos me zumbaban, el cuerpo me dolía, en mi interior sentía como si mis órganos estuvieran en llamas, los ojos me ardían y tenía sed, mucha sed.

Una fuerte punzada se apodero de mi pecho y por instinto lleve las manos sobre el corazón, no podía resistirlo, todo en conjunto era más de lo que podía resistir, me deje caer de rodillas sobre el suelo tratando de controlar mi sentir, buscando una explicación lógica a lo que pasaba conmigo, solo sabía algo con certeza, ya no era humano.

Sentí unos pasos tan ligeros como el viento alejándose de allí, me encontraba nuevamente solo. Cuando por fin mermo el dolor de mi cuerpo, me percaté que había sufrido cambios en todo aspecto, mi piel era mucho más pálida de lo que solía ser, aunque aún conservaba ese cierto tono moreno, podía sentir con mayor detalle las cosas, podía escuchar cosas a distancias que jamás imagine y podía detallar con la mirada a tal grado que el mundo se veía como algo completamente nuevo para mí.

Me levanté y tome mi guitarra con cuidado, no sabía que tanto había cambiado en mi interior pero ya lo descubriría, tenía toda la eternidad por delante para descubrirlo, por el momento debía saciar mi sed, sentía la garganta arder y mi mente evocaba los recuerdos de aquel delicioso elixir que me brindo la vida eterna.

Sin más emprendí mi viaje por la ciudad, en busca de victimas qué sin saberlo acudían a mis brazos para recibir el beso mortal, personas qué me brindaron la fuerza suficiente para empezar mi nueva vida.

Pasé dos semanas en Seúl, explorando mis nuevos dones, acostumbrándome a mi nuevo ser, a mi nueva vida, sin embargo una noche cuando vagaba entre la gente un gran anuncio me cautivo, era la propaganda de un viaje por Italia, aquellas hermosas edificaciones, paisajes, aquel toque romántico que embelesaba mis sentidos me cautivo.
La noche siguiente emprendí camino hacia aquel destino tan particular, no podía dejar de pensar en las imágenes de aquel poster como sí aquel país me llamará, como si fuera esencial que estuviera allí.

Lo que le gusta/odia:
¿Qué le gusta?
• Leer, en especial del género policíaco y suspenso
• Música
• Practicar deportes, en especial esquí y el basquetbol
• Los días lluviosos y las noches despejadas

¿Qué le disgusta?
• Las abejas y cucarachas


Miedos/Fobias:
• A los peces de colores
• Teme volverse vulnerable