Eva Green — Hombre lobo.

Apodos: Ninguno.

Edad: 25 años.

Orientación Sexual: Bisexual.

Nacionalidad: Inglesa/Británica.

Raza: Hombre lobo. (Mejor dicho, Mujer lobo.)

Personalidad: A diferencia de lo que podría mostrar la expresión en su rostro, Eva es una mujer bastante comprensiva, e incluso se podría atrever a decir que alguien amable con los desconocidos, hasta cierto punto en donde su paciencia alcance. Tiene un rostro bastante expresivo, más que nada al momento sobre las reacciones de desagrado y disgusto, además de que es completamente directa sobre las cosas que le gustan, agradan, desprecia o enojan, no suele guardarse algo para ella misma a menos de que la situación así lo requiera. No se puede decir que es una persona risueña, porque no lo es, suele sonreír como cualquier persona suele hacerlo, para corresponder otra sonrisa (Si es que le agrada la persona que le sonrió), o por algún tipo de situación que así le permita hacer algo similar.Con respecto a lo que es su forma de actuar y de comportarse, no, no es fría, aunque suele ser un poco tajante o cortante entre sus palabras, ya que suele decir muchos monosílabas al momento de contestar a alguna pregunta y solo sacará tema de conversación si es algo que le importe o llame su atención; debido al tipo de entrenamiento que tuvo, suele reaccionar de una manera un tanto a la defensiva (Muy a la defensiva) cuando siente que está siendo atacada, tanto por actos como con palabras, por lo que ella siempre prefiere tener siempre el control de la situación, aun cuando haga creer a la otra persona que lo tiene. Otra cosa, suele ser muy, muy manipuladora en muchos aspectos, no de una mala manera puesto no es una persona que se podría denominar como mala, sino que, malentendida.

Apariencia: Una mujer que se podría denominar como algo alta, siendo que su estatura actual es de 1,70 metros sin usar tacón alguno o zapato alto, simplemente de pies a cabeza. Tez extremadamente blanco, es decir, el color de su piel fácilmente podría decir que es similar al de la leche, lo cual hace que en algunos puntos, suela broncearse para tener un tono un poco más normal, pero es bastante blanca. Con realmente una abundante cabellera, largos cabellos ondulados que usualmente suelen tener el color café oscuro o también de un color negro en algunas ocasiones, así como no le molesta decolorarse este y dejarlo rubio e incluso platinado en algunos momentos, pero usualmente tiene colores oscuros en su cabellera. De un cuerpo similar al de una modelo, teniendo el peso de solamente 60 kilogramos, siendo bastante esbelta, aunque con una figura bien detallada, y con claro músculos que se notan por el continuo trabajo y ejercicio que emplea, además como su entrenamiento. Suele usar un lápiz labial de colores llamativos, como un rojo intenso; el color de sus ojos es de un color verde claro que resalta realmente bastante.

—“Eres igual de hermosa que ella. . . Tuviste que nacer para robarle esa belleza, ¿No es así?”

—Ya está saliendo cariño, sólo un poco más—. Las palabras de un hombre de tez blanca eran claras y fuertes, apoyando a su esposa que se encontraba en una labor de parto que los doctores informaron que era la más larga que habían tenido los reportes del hospital, por lo que no sabían que podrían esperar de un parto como ese, por lo que únicamente decidieron que sería mejor que el hombre saliera de la habitación, de esa sala de partos para que esperara afuera, con esa misma desesperación que les sucede a muchos en verdad. Las horas pasaron y las enfermeras iban y venían de aquella sala, cuando, al pasar unos momentos más, el doctor había salido, ligeramente cubierto de sangre, apenas un poco, con un rostro que mostraba que iba a dejar salir noticias nada agradables para el hombre que estaba ahí esperando. —Su hija está bien. . . Es solo que. . . Su esposa ha fallecido—. El hombre no pudo aguantar y estallo en lágrimas, gritando que no era posible, no era cierto, que el doctor era un mentiroso y estaba solamente jugando una mala broma, durante varios minutos estuvo así, incluso la seguridad tuvo que intentar tranquilizarlo, él mismo no sabía que iba a llegar a tanto, aquello que pensó que era una bendición, solamente estaba llevando y conduciendo a algo que sería como una misma maldición, al menos era como él comenzó a ver todo aquello y cuando le entregaron a su pequeña hija, la cual lloraba apenas un poco, él la observó como si no hubiera otra cosa más en el mundo a lo cual odiar con cada parte de su ser y persona.

Durante el crecimiento de ella, Eva, como le habían querido poner ambos, fue presionada siempre a un límite que se tuvo que crear por su bien, desde pequeña había sido llevada a clases de ballet, jazz, todo tipo de danza, entrenamiento físico, sin mencionar que también había participado en otro tipo de cosas como tiro con arco a una temprana edad, así como también gimnasia, su padre la presionaba tanto que no parecía natural, ella no necesitaba a un entrenador, porque estaba él, siempre presionando cada parte de su cuerpo, cada parte de su pequeña persona a que hiciera siempre mejor y más rápido las cosas, además de que siempre le echaba en cara de que había sido su mera culpa el hecho de que su madre había muerto, diciendo que ella la había matado, ¿Palabras correctas para una joven chica, una niña prácticamente? No lo eran, pero él quería que las supiera cada día por el resto de su vida, al menos, hasta que ella se hiciera independiente, lo cual mantenía en la cabeza de ese hombre que tenía que hacer sufrible cada día, hora, minuto y segundo de la vida de Eva.
—Y tu madre ni siquiera pudo seguir con su promesa, Yuri le tenía toda la confianza del mundo—. Sí, había leído algo de eso en los diarios de su madre, durante la edad de los catorce años, había comenzado a leer en secreto (Por obvias razones) los diarios de vida de su madre, en donde cada página, tenía recuerdos hermosos y sentimientos felices que al menos Eva, recordaría siempre y eso era lo que la alentaba cada vez más, y más a seguir adelante. Entre esas páginas y letras se encontraba la explicación sobre quién era esa mujer que había mencionado su padre, una mujer valiente, un líder natural y su madre, claro que tenía un secreto y ese secreto, estaba entre las páginas y un par de años después, se iba a revelar por sí solo; su madre había hecho la promesa de seguir al lado de Yuri por el hecho de que le debía su vida. En ese momento Eva se había dado cuenta de que, si ella había quitado la vida de su madre, entonces esa promesa le había seguido en el momento en que nació, por lo que era mucho mejor pensar en que debía seguir con eso.

Al cumplir los catorce años, el cuerpo de Eva se había desarrollado bastante bien, su masa muscular había adquirido ciertas proporciones que no se adquirían hasta una edad más avanzada y su fuerza, había aumentado de igual manera, lo había notado al momento que una simple patada había roto una parte de ese saco lleno de arena que tenía para entrar, sus reflejos también se vieron aumentados, reaccionando mucho más rápido que los rivales que su padre le ponía una y otra vez. —Realmente le robaste todo al quitarle la vida—. Una queja grande salió de los labios de ese hombre y terminó tirando un jarrón que tenía las flores favoritas de Eva.

A la edad de los quince años, era el momento en que iba a descubrir lo que era, lo que estaba a punto de convertirse en aquello que su padre se imaginó que sucedería, pero, ¿Cuándo? ¿En qué momento? Su padre no era tan precavido como parecía, debido al hecho que no había previsto que Eva se transformaría en ese momento, en la luna llena que salía, ella tan solo se encontraba en la zona del jardín de su gran hogar, entrenando contra un árbol, sus golpes contra este hasta que comenzó a sentir ciertos mareos que le hicieron detenerse, colocó su diestra sobre el mismo árbol y su izquierda sobre su abdomen, presionado levemente este mientras que en su boca podía sentir como en cualquier momento dejaría salir todo lo que había cenado, pensó que eran por las fuertes condiciones a las cuales estaba sometida diariamente, pero cuando el calor de su propio cuerpo comenzó a hacer ese dichoso estrago en ella, cayó con fuerza al suelo, con las manos sobre el césped y sintiendo como todo lo que había cenado salía de su boca, dejando que después su cuerpo cayera hacia un lado, temblando de una fuerte manera, como si fueran aquellas convulsiones que alguien tiene en un ataque de epilepsia o algo similar, solo que fue algo diferente.

El sonido de sus huesos comenzó a escucharse con fuerza, romperse, acomodarse, moverse de una parte a otra para intentar ajustarse a la nueva forma que estaba tomando su cuerpo, sus ojos brillaron en un verde mucho más intenso, haciendo sus pupilas de un tamaño antinatural, su cuerpo seguía moviéndose y tomando una forma que ni siquiera podía pensar, puesto estaba agonizando de dolor, sus gritos no se quedaron atrás al momento de que comenzó a salir ese pelaje, y cuando su cuerpo estaba acomodándose en esa forma, su boca convirtiéndose en un hocico, sus ojeras alargándose y cuando sus cuerdas vocales terminaron por cambiar, enseguida se escuchó un fuerte aullido, mirando la luna fijamente y dejando que su cuerpo fuera controlado por aquella sensación de salvajismo que había estado dormida por tanto tiempo, había sido desatado todo aquello y ahora estaba siendo, por primera vez en mucho tiempo, libre.

Al amanecer, al día siguiente, su cuerpo había amanecido en su propia habitación, aunque el grito de las empleadas del aseo no se tardó en escuchar, casi todo su hogar, varias habitaciones, la zona de entrenamiento, la zona de la piscina, había sido destrozada, como si un tornado hubiera pasado por ahí, dos o tres veces seguidas, mientras que ella, estaba completamente desnuda en su cama, la cual se encontraba manchada con tierra y con algunos rastros de césped, al parecer, lo que había sucedido no había sido únicamente un sueño y tenía que aprender que era lo que estaba pasando, tenía que saber que era lo que significaba esa promesa. Por el contrario del deseo de su padre, cuando se convirtió en mayor de edad, tomó las riendas de su propio camino, llevándole así por los lugares europeos, dejando que su nariz, debido a sus nuevas sensaciones, le llevaran en busca de Yuri, y fue ahí donde los primeros rastros de su ser aparecieron, justamente en Italia y en donde encontraría su destino, o eso parecía.

Lo que le gusta/odia:
Lo que gusta:
—La naturaleza.
—Los animales.
—Los diferentes tipos de té.
Lo que odia:
—El ruido.
—El lenguaje vulgar.

Miedos/Fobias: Perder el control de su cuerpo y convertirse en un monstruo.

Otros: Tiene un tatuaje en la parte superior de su espalda (Ocupando omóplatos también), el cual es sobre las fases de la luna.

Tatuaje: