Flaᶴhback || Privado ||

Fue antes de que su vida se convirtiera en vivir en la noche. Había cerca de un 50% de probabilidad de que ambos estuvieran en la misma ciudad dado el programa de estudios de la universidad por la que el mismo SuHoon ahora estaba en Italia. Lo que no sabía era cuales eran las probabilidades de encontrarlo. Quizá la misma probabilidad del destino en el que había caído.

Tenía al menos una semana  días desde que había encontrado trabajo en esa pequeña cafetería que siempre se encontraba abarrotada de extranjeros a la hora del almuerzo. SuHoon aun se sorprendía de la cantidad de asiáticos que pasaban frente a él. Incluso empezaba a reconocer algunos rostros,  y eso era sorprendente para alguien que tardaba todo un año escolar para poder aprender a reconocer a sus compañeros, y ni que decir del nombre de cada uno de ellos... Quizá el hecho de que tuviera que sonreír y ser amable con los clientes ayudaba, trucos que su jefe le había dado para conseguir buenas propinas.

Nunca creyó que en realidad el trabajo le gustara y aunque a veces era difícil estaba manejando muy bien la situación. Lo rápido que se estaba acoplando al lugar le hacía incluso estar de buen humor. Y también creía que influía mucho de que aparte de que el uniforme fuera bien portado no había otro código de vestimenta: pantalón de vestir negro, camisa blanca bien fajada con una corbata negra y claro, una mandil de bolsillos a la cintura. Nada sobre sus piercings ni el corte de cabello, y por lo que veía de otro compañero de trabajo, tampoco importaba mucho el maquillaje, claro estaba que era una cafetería para clientela joven, universitarios en su mayoría. Tenía en verdad suerte.

-SuHoon, la mesa cinco necesita ser atendida.

-En seguida- Musitó hacia el gerente, sacando el bloc de notas y una pluma antes de ir hacia donde le mandaban.

Ya había tenido la oportunidad de que tres chicos de su antiguo curso de la universidad llegarán a la cafetería, y eran los únicos que habían decidido tomar ese intercambio. No se había llevado del todo con ellos durante la universidad, pero al parecer les animaba bastante que hubiera alguien más conocido; desde ese día parecía que ese lugar era su sede para reunirse…Era por eso mismo que se le hacía un poco extraño que el chico que estuviera en esa mesa se le hiciera conocido.

Mientras SuHoon le daba un tiempo para que viera la carta, le estaba observando en silencio...Era la primera vez que le veía parar ahí, por lo tanto no le había visto llegar con sus “amigos” con anterioridad.

-Buenas tardes y bienvenido, soy SuHoon y le serviré esta tarde-La voz del chico le era como un murmullo de pasillos , pero su sonrisa si se le hacía más presente… Sospechaba que ya se le estaba quedando viendo mucho tiempo y fijamente-Ah, sí. El especial de hoy es el zuppa inglese de frambuesas. En general tenemos siempre el tiramisú.

Sino tuviera al gerente tras  de él  ya se hubiera puesto sobre la mesa a examinar al chico, al más puro estilo de un interrogatorio . Desde el momento en que sus ojos hicieron contacto con los propios es que le había dado más curiosidad… O su memoria le estaba fallando o su imaginación solo quería ver cosas donde no eran, jugarle un momento incómodo con un cliente que podía ser frecuente y él le estaba incomodando con su mirada inquisidora.

-¿El café moka sería frío o caliente?-Después de haber quitado su mirada, a regañadientes de sus propios pensamientos, es que pasó su mirada a su libreta, anotando el pedido que le había dicho; otra mesa que estaba atendiendo le estaba llamando-En un momento…

Las palabras se habían interrumpido cuando escuchó aquella pregunta que venía del chico del zuppa inglese. Arqueó una ceja, intrigado en que tambié estuviera pensando en lo mismo; dos segundos después se encogió de hombros y dio una pequeña sonrisa.

-Más bien , era de ahí. La verdad…

-¡Disculpa!-La mesa que le llamaba desde hacía un rato se impacientaba; SuHoon tuvo que respirar y sonreír con amabilidad para pretender.

-Vuelvo en un momento ¿si?

Tuvo que disculparse un par de veces con el cliente, pero en ningún momento dejó de ver hacia la mesa donde estaba antes ese chico del que había notado tenía grandes ojos.